14 de enero de 2008

LIBERTAD DE MOVIMIENTO EN EL PARTO





No existe evidencia ni justificación alguna para obligar a las mujeres a permanecer acostadas durante el proceso del parto. Esto, más bien, dificulta, prolonga o imposibilita la dilatación y el nacimiento. Además, provoca sufrimiento en el bebé. Se recomienda que se anime a la mujer a buscar y utilizar la posición que prefiera.
La posición acostada (boca arriba y con las piernas inmovilizadas en estribos) es la peor posición posible. Desde hace muchos años varios organismos internacionales han insistido en que no se debe utilizar esa posición debido a los riesgos que conlleva.
En los hospitales de Costa Rica siguen obligando a las mujeres a permanecer acostadas durante el parto; una posición que, como sólo las mujeres pueden saber, provoca mucho dolor. Más de 80 mil mujeres al año se ven sometidas a ésos y otros procedimientos peligrosos para ellas y sus bebés. La libertad de movimiento para las mujeres en cualquier etapa del parto está consignado como un derecho humano fundamental; el reconocimiento y disfrute de ese derecho no debería depender de la institución hospitalaria y de la decisión de un grupo de médicos, en su mayoría hombres que jamás podrán sentir y vivir la experiencia del parto.
“Las mujeres no deberían permanecer acostadas sobre la espalda durante el trabajo de parto. Se las debería estimular a caminar durante el trabajo de dilatación y elegir la postura que deseen para el momento del parto-nacimiento.” (OMS)
En los hospitales más avanzados a nivel científico y humano, donde se respetan los derechos de las mujeres y sus bebés, han dejado de obligarlas a acostarse para parir; no utilizan la episiotomía (piquete), y otras prácticas catalogadas como obsoletas y peligrosas desde hace varios años.
Es esencial que las madres y las mujeres en general tengan una voz y sientan la libertad de expresar sus opiniones y finalmente exigir el cumplimiento de sus necesidades que son derechos humanos fundamentales.
El parto humanizado significa que todas las mujeres tengan la posibilidad de vivir una experiencia enriquecedora, que todas las decisiones sobre ese especial momento sean de libre elección y que no les apliquen procedimientos basados en rutinas indiscriminadas.
Ningún procedimiento debería existir simplemente por la comodidad del personal hospitalario. El parto humanizado requiere que todas las decisiones y procedimientos sean para el bien de la usuaria, para servir las necesidades individuales y deseos particulares de la mujer.
Moverse libremente debe ser una norma, tanto en la labor de parto como en el parto ismo. Una de las claves para la humanización del parto es que las mujeres sean las protagonistas en los procesos de parto y nacimiento.
Una forma de comenzar el proceso hacia un parto humanizado es exigir que se respete la libertad de movimiento de las mujeres a la hora del parto. Quienes firmamos esta petición queremos contribuir al cambio a favor del parto humanizado. Cambiar la forma de nacer, cambiará la forma de vivir.
fuente: PRIMAL

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