23 de enero de 2011

Llegaste a mi vida...

Llegaste a mi vida...

Llegaste a mi vida, Hijo, como un Milagro.
Como llegan los Maestros que acuden sin ser llamados;
Llenándola de Noches-En-Vela y de Objetivos.
Llegaste a mi vida, Hijo,
Con paso firme y ojos abiertos.
Y en su claridad grisácea comprendí
Que Nunca-Jamás volveríamos a estar solos.
La primera vez que te dormiste en mi pecho
Me hiciste Madre,
Porque la maternidad es un Estado del Alma
Que no consistió en parirte o engendrarte.
Yo no lo sabía
Y tú me lo enseñaste.

Cuando llegaste a mi vida, Hijo, me mostraste,
Cuán pequeña y fugaz es la memoria,
Que apenas tiene espacio para guardarte,
Para almacenar todos tus gestos, tus miradas,
Tu risa y tu llanto.
Y cuán grande, sin embargo, es mi regazo, cuán confortable,
Que siempre tiene espacio para tus cuentos.
Cuando llegaste a mi vida, Hijo,
Me llenaste de tanto Amor,
Que no existen verbos, ni palabras, ni silencios, ni versos,
Con los que pueda contarte,Hijo,
Lo que Te Quiero.
Porque tenerte es vivir de nuevo.

De nuevo nacer.
De nuevo ser niña.
Navegando en tus ojos comprender
Lo que fui,
Lo que soy,
Lo que seré.
Partirás un día, Hijo,
También eso me enseñaste.
Porque tienes tus propios caminos y tus propias ansias.
Pero siempre sabrás que los brazos que convertiste en refugio de tus sueños
Te estarán esperando.
Y yo siempre sabré
(me lo enseñó la claridad gris de tu mirada)
Que Nunca-Jamás volveremos a estar solos.


(c) Sara-Shamandala



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ellos dejaron su opinion sobre esta entrada y vos ?